El
dromedario es un
animal similar al
camello, del que se diferencia por su pelaje generalmente más corto, cuerpo menos robusto y presencia de una sola joroba en lugar de dos.
Como el camello, es perteneciente a la familia de los
camélidos; también se le conoce como camello arábigo o arábico (
Camelus dromedarius), como su primo asiático es un rumiante sin cuernos, sin hocico, con los orificios nasales formando aberturas oblicuas, el labio superior dividido y movible por separado y extensible, con pezuñas, el abdomen elevado y patas largas y delgadas. Su anatomía muestra todo tipo de adaptaciones a la vida en los desiertos cálidos y arenosos donde vive: Las rodillas y tobillos tienen callosidades que las hacen más resistentes al ardor de la arena cuando se sientan, sus pestañas largas y finas mantienen los ojos a salvo de que les entre arena, y en la joroba mantienen un depósito de grasa del que pueden nutrirse e incluso generar agua si es necesario. Su capacidad de resistencia ante la deshidratación les ha hecho unos animales muy valiosos en zonas desérticas.